Esto comienza a parecer demasiado familiar: otro piloto de Red Bull cediendo bajo el peso de conducir junto a Max Verstappen. Esta vez, la presión está aplastando a Liam Lawson, cuyo último desastre en la clasificación del Gran Premio de China se suma a una dolorosa temporada de debut.
En la sesión de clasificación sprint del viernes en el Circuito Internacional de Shanghái, Lawson quedó en último lugar, a 1,5 segundos del líder Lewis Hamilton y muy lejos de lo que se espera de un coche de Red Bull. Un incidente en la curva 10 lo obligó a abortar su vuelta rápida en SQ1, sellando su destino antes de que la sesión realmente comenzara.
De la eliminación en Q1 al último lugar
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Esto sigue a un miserable fin de semana en Australia, donde Lawson fue eliminado en Q1 y luego se estrelló en la carrera. Las sesiones de práctica han sido igualmente inestables, incluyendo salidas a la grava que sugieren que el piloto aún está lejos de estar asentado.
Lawson ahora enfrenta el sprint del sábado desde el fondo de la parrilla, acompañado por Jack Doohan, Pierre Gasly, Esteban Ocon y Nico Hülkenberg en los últimos cinco. Pero para el neozelandés, las apuestas son más altas. Está en el asiento con el que muchos jóvenes pilotos sueñan y en el que pocos sobreviven.
La maldición del segundo asiento de Red Bull
El segundo asiento de Red Bull se ha convertido en una puerta giratoria de impulso roto y dudas crecientes. Desde Pierre Gasly hasta Alex Albon y ahora potencialmente Lawson, nadie ha logrado mantenerse firme junto a Verstappen. Cada error, cada choque y cada vuelta lenta se convierte en otro argumento en contra de la confianza a largo plazo en el segundo coche.
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Había esperanza de que Lawson, quien impresionó durante sus suplencias la temporada pasada, finalmente fuera el que rompiera la tendencia. Pero dos fines de semana desastrosos en 2025 están cambiando rápidamente la narrativa.
Y a menos que cambie las cosas pronto, Lawson podría ser solo otro nombre en la creciente lista de «lo que podría haber sido» de Red Bull.
