Donald Trump rara vez está lejos de los reflectores. Aunque la mayoría lo conoce principalmente como empresario o figura política, su influencia en el mundo del deporte también ha sido significativa. Desde grandes combates de boxeo en el Trump Plaza hasta prestigiosos torneos de golf en sus propios campos, Trump ha estado involucrado en muchas más disciplinas deportivas de lo que uno podría imaginar.
A continuación, repasamos diez deportes en los que Donald Trump ha jugado un papel — ya sea como propietario, promotor, anfitrión o aficionado muy visible.
Deporte universitario
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Durante su presidencia, Trump recibió con frecuencia en la Casa Blanca a equipos campeones universitarios. Estas visitas solían llamar la atención, especialmente cuando servía comida rápida de McDonald’s o Wendy’s a los deportistas. Algunos equipos incluso rechazaron la invitación, convirtiendo una tradición ceremonial en un gesto político.
La relación de Trump con la NBA ha sido tensa desde el principio. Se enfrentó públicamente a figuras como LeBron James y Stephen Curry, y criticó a la liga por ser “demasiado política”. Varios equipos decidieron no asistir a la Casa Blanca durante su mandato, marcando una clara división con el mundo del baloncesto.
Trump nunca fue una figura clave en el tenis, pero muchos de sus lujosos complejos cuentan con canchas. En los años 80 y 90, organizó allí partidos de exhibición y eventos benéficos, más como muestra de prestigio que por verdadera pasión deportiva. Para él, el tenis siempre ha sido más un símbolo de estatus que una afición real.
NASCAR
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Trump ha demostrado ser un ferviente seguidor de NASCAR, ganándose el apoyo de gran parte de su base de seguidores. En 2020 fue el Grand Marshal del Daytona 500 e incluso dio una vuelta al circuito en la limusina presidencial. Su vínculo con este deporte formaba parte de su imagen patriótica y tradicionalista.
Béisbol
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Aunque Trump es neoyorquino de nacimiento, su relación con las Grandes Ligas no ha sido del todo fluida. En una ocasión fue invitado a lanzar la primera bola en un partido de los Yankees, pero nunca se presentó. Durante la pandemia, criticó duramente a la liga por sus mensajes sociales, lo que tensó aún más la relación.
MMA
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Trump ha sido un firme defensor de la UFC y de su presidente, Dana White. Ha asistido a numerosos eventos a lo largo de los años y le dio a White un lugar destacado en la convención del Partido Republicano. Luchadores como Colby Covington y Jorge Masvidal lo han apoyado públicamente y han adoptado su imagen política.
En los años 80 y principios de los 90, el Trump Plaza en Atlantic City fue una sede importante para el boxeo profesional. Leyendas como Mike Tyson pelearon bajo la marca Trump, y el propio Trump era un rostro habitual en primera fila. Aunque su presencia en el boxeo disminuyó con el cierre del casino, aquella época sigue siendo recordada.
Fútbol americano
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Trump fue dueño de los New Jersey Generals en la efímera liga USFL. Impulsó un cambio de calendario para competir directamente con la NFL en otoño, lo que acabó siendo un error fatal para la liga. Décadas después, volvió a causar polémica al criticar a los jugadores de la NFL que se arrodillaban durante el himno nacional, haciendo del fútbol americano otro frente político.
Lucha libre (Wrestling)
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La conexión de Trump con la WWE es profunda. Ha aparecido en varios eventos de WrestleMania, participó en la famosa historia de la “Batalla de los Billonarios” y fue incluido en el Salón de la Fama de la WWE en 2013. Su amistad con Vince McMahon lo convirtió en una figura recurrente del universo de la lucha libre.
Golf
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Ningún deporte está tan ligado a Donald Trump como el golf. Posee numerosos campos en todo el mundo, incluyendo sedes prestigiosas en Escocia, Irlanda y Estados Unidos. Ha jugado con celebridades, líderes políticos y golfistas profesionales, y sus instalaciones han acogido importantes torneos. Para Trump, el golf es mucho más que un deporte: es negocio, estatus e imagen en una sola jugada.