La caza del adversario de Jake Paul
Una caza de sustitutos que se precipitó
Jake Paul esperaba enfrentarse al campeón de peso ligero de la AMB, Gervonta Davis, el 14 de noviembre, un combate diseñado para cerrar su año con otro acontecimiento de alto nivel. Pero cuando se conocieron las acusaciones de maltrato doméstico contra Davis, el equipo de Paul renunció al combate.
La retirada desencadenó una búsqueda urgente. Paul y sus directivos querían un combate en el calendario antes de finales de 2024, tanto para mantener vivo su impulso como para mantener el motor financiero de su creciente franquicia de boxeo.
Según comentó a TMZ el socio de Paul, hasta "treinta luchadores" expresaron su interés cuando se corrió la voz de que se había abierto el hueco.
El abanico de posibilidades abarcaba todas las categorías de peso y todos los deportes de combate.
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Ryan García, Nate Díaz y Francis Ngannou fueron algunos de los contactados, e incluso el campeón indiscutible de peso welter Terence "Bud" Crawford fue presentado como una opción.
La mayoría de las discusiones se desvanecieron rápidamente, ya fuera por falta de tiempo, peso o complicaciones comerciales, dejando a Paul sin un camino claro.
Eso cambió cuando las conversaciones giraron hacia el ex campeón de los pesos pesados Anthony Joshua, un púgil cuyo currículum empequeñece a cualquier rival al que se haya enfrentado Paul. El enfrentamiento sorprendió a muchos observadores, no sólo por la disparidad de tamaño, sino también porque Joshua normalmente compite en combates de nivel de título de evento principal, no en espectáculos cruzados.
Por qué Tommy Fury lo rechazó
Una de las llamadas que hizo el equipo de Paul fue a Tommy Fury, el único púgil que ha derrotado a Paul como profesional. Fury le venció por decisión dividida en 2023, y Paul ha insistido repetidamente en que se celebre una revancha para borrar la mancha de su historial. Para conseguirlo, la parte de Paul habría ofrecido una cuantiosa bolsa de 15 millones de dólares.
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Fury lo rechazó, y esta vez explicó exactamente por qué.
En las redes sociales, Fury escribió: "Ofreciéndome la pelea en América... un lugar al que sabes que no puedo llegar ahora mismo. Conveniente. Ofréceme los mismos 15M$ en cualquier otro lugar del mundo y estaré allí en 8 semanas para callarte la boca y repetir lo que hice la primera vez."
La publicación reavivó el debate público sobre los problemas de viaje no resueltos de Fury con Estados Unidos. En 2022, se vio obligado a retirarse de un combate previsto en el Madison Square Garden después de que las autoridades estadounidenses denegaran su autorización de viaje ESTA.
La decisión se produjo durante un periodo en el que el gobierno estadounidense había impuesto sanciones al presunto delincuente irlandés Daniel Kinahan, a quien se ha vinculado públicamente con Tyson Fury. Las autoridades nunca confirmaron si esas sanciones estaban directamente relacionadas con el caso de Tommy Fury, pero la coincidencia de fechas planteó interrogantes que nunca han desaparecido del todo.
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Los fans de X (antes Twitter) no tardaron en reaccionar. Un usuario afirmó que "todos los Furys no pueden viajar a Estados Unidos por sus vínculos con los cárteles", mientras que otros señalaron que Tyson Fury ha luchado en Estados Unidos en múltiples ocasiones, lo que complica la historia. Otro comentario sugirió que el padre de Tommy, John Fury, que tiene antecedentes penales violentos, podría ser la verdadera fuente del problema, aunque nunca se ha dado una explicación oficial.
Cuando el post de Fury circuló, el mensaje quedó claro: estaba dispuesto a pelear de nuevo con Paul, pero sólo fuera de las fronteras de Estados Unidos. Como Paul insistió en celebrar el combate en Estados Unidos, las conversaciones se vinieron abajo casi al instante.
Las reacciones del público y el camino hacia diciembre
Tras conocerse la noticia del fracaso de las negociaciones, ambos púgiles publicaron sus propias explicaciones en las redes sociales. Paul criticó a Fury por renunciar a lo que llamó una oportunidad que "cambiaría su carrera", mientras que Fury insistió en que rechazó la oferta por razones que quería dejar claras a los aficionados, reiterando que las complicaciones del viaje a Estados Unidos siguen sin resolverse.
A pesar de las turbulencias, Paul acabó consiguiendo un adversario diferente y mucho más imponente.
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Su combate a ocho asaltos contra Anthony Joshua está programado para el 19 de diciembre en el Kaseya Center de Miami, lo que coloca a Paul ante el enfrentamiento más temible de su carrera boxística.
Para Joshua, el combate supone una oportunidad de mantenerse activo mientras sopesa futuras oportunidades de título.
Para Paul, representa un salto espectacular en la competición, y un momento que podría legitimar sus ambiciones o exponer los límites de su experimento en el boxeo profesional.
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