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El judo reincorpora a los atletas rusos pese a la guerra en curso

Una decisión que mezcla deporte y política ha reconfigurado esta semana el panorama internacional del judo. La Federación Internacional de Judo ha autorizado nuevamente que los deportistas rusos compitan con bandera e himno nacionales. El cambio llega en medio de un conflicto que continúa sin señales de disminuir y reabre un debate que domina al deporte mundial desde 2022.

Una decisión marcada por la política y la identidad deportiva

Según informan France 24 y AFP, la Federación Internacional de Judo señaló que los judocas rusos podrán volver a competir con todos sus símbolos nacionales. La federación rusa calificó la medida como histórica y como un retorno largamente esperado a la normalidad competitiva.

La federación ucraniana reaccionó con indignación y sostuvo que la resolución contradice los principios de paz y responsabilidad. En un comunicado publicado en su sitio web, anunció que examinará todas las vías posibles para impedir que la política entre en vigor. También acusó a la IJF de ignorar las recomendaciones del Comité Olímpico Internacional, que mantiene reglas mucho más estrictas sobre la neutralidad de los atletas rusos.

La decisión se aplica de inmediato. Esto significa que los atletas rusos presentes en el Grand Slam de Abu Dabi ya pueden competir bajo su bandera. En caso de una victoria, el himno ruso volvería a sonar en un podio internacional de judo por primera vez desde comienzos de 2022.

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Reacciones entre conflicto y simbolismo

El anuncio se produjo mientras la guerra sigue sin un desenlace claro. France 24 informó que el presidente ruso Vladímir Putin reafirmó su postura de que el conflicto sólo terminará si Ucrania cede los territorios reclamados por Moscú. La federación ucraniana destacó que cada día mueren civiles, incluidos deportistas, entrenadores, voluntarios y niños, lo que, según argumenta, hace inapropiado permitir que Rusia recupere su pleno estatus deportivo.

En Rusia, en cambio, la noticia fue recibida con satisfacción. El ministro de Deportes, Mijaíl Degtiariov, celebró la medida y subrayó la popularidad del judo en el país. Putin, cinturón negro y practicante desde hace décadas, fue tiempo atrás embajador de la IJF, cargos que quedaron suspendidos tras el inicio del conflicto pero que siguen influyendo en la percepción simbólica del deporte dentro de Rusia.

Contexto para lectores fuera del mundo deportivo

Desde febrero de 2022, la mayoría de las federaciones deportivas internacionales han impuesto sanciones o limitaciones a atletas rusos. Algunas mantienen prohibiciones completas. Otras, como el COI, permiten competir sólo bajo estricta neutralidad sin bandera ni himno.

El judo ocupa un lugar particular en este panorama. En Rusia, el deporte tiene una fuerte carga simbólica debido a la relación personal de Putin con la disciplina. La prominencia mediática del judo durante su mandato ha dado al deporte un estatus político y cultural inusual. Por esto, cualquier cambio en su tratamiento internacional genera repercusiones que trascienden los tatamis.

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La decisión de la IJF también refleja una tensión que enfrentan muchos organismos deportivos. Por un lado, desean no penalizar a atletas individuales por decisiones estatales. Por otro, reconocen que permitir símbolos nacionales en tiempos de guerra puede ser interpretado como una legitimación indirecta del conflicto. Esta disputa conceptual sigue dividiendo al deporte mundial.

Un panorama deportivo en transformación

El presidente de la federación rusa de judo, Serguéi Soloviéchik, elogió a la IJF y afirmó que es el primer organismo relevante en restituir completamente el estatus nacional a atletas rusos desde la invasión. La IJF recordó que Bielorrusia ya había sido reincorporada en condiciones similares y sostuvo que se debía aplicar el mismo criterio a Rusia.

Aunque muchas disciplinas mantienen sanciones estrictas, el judo no es el único caso de flexibilización. La Asociación Internacional de Boxeo, entonces presidida por un dirigente ruso, permitió antes el uso de bandera e himno en sus torneos. La IJF justificó su postura diciendo que los atletas no son responsables de decisiones gubernamentales y que el deporte puede servir como puente entre naciones, incluso en contextos de conflicto.

La federación ucraniana rechazó este argumento y afirmó que los puentes sólo se construyen donde hay paz. El desacuerdo revela la dificultad de definir la neutralidad deportiva en un escenario internacional marcado por una guerra que no muestra señales de terminar.

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