Fifa presiona a clubes europeos a realizar pagos arriesgados pese a las sanciones
Contexto del conflicto entre deporte y sanciones
Tras la invasión a gran escala de Ucrania por parte de Rusia, países europeos impusieron sanciones financieras amplias que restringen cualquier operación con organizaciones rusas. Estas reglas afectan no solo a bancos y empresas, sino también a instituciones deportivas que participan en traspasos internacionales. Una transferencia implica que el pago atraviese varios intermediarios financieros, y los controles sancionadores pueden congelar o impedir el movimiento del dinero.
Aun así, el órgano legal de la FIFA, el FIFA Football Tribunal, sigue considerando que los contratos de traspasos deben cumplirse independientemente de los obstáculos legales. Según Follow the Money, un medio de investigación neerlandés, la institución ha ordenado repetidamente a los clubes que paguen sus deudas incluso si hacerlo podría contravenir legislación nacional o normativa de la Unión Europea.
Cómo Fifa gestionó los pagos en disputa
Según Follow the Money, el tribunal ha fallado en 13 casos desde 2022 vinculados a pagos bloqueados relacionados con clubes rusos. En cada resolución, la FIFA ordenó a los clubes pagar en un plazo de 45 días o enfrentar una prohibición de inscribir jugadores en tres ventanas de fichajes, una sanción que puede cambiar significativamente el rendimiento deportivo de un equipo.
Uno de los casos más destacados fue el de West Ham United, que aún debía parte de los 26 millones de euros acordados con el CSKA Moscú por el centrocampista croata Nikola Vlasic. El club inglés alegó que el CSKA, sus dirigentes y sus bancos asociados figuraban en la lista de sanciones del Reino Unido, por lo que efectuar el pago podría exponer al equipo a consecuencias legales.
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A pesar de ello, la FIFA mantuvo la obligación. En sus resoluciones, señaló que “la existencia de sanciones no tiene efecto sobre la existencia ni la fecha de vencimiento de una deuda”.
Desafíos legales y excepciones poco frecuentes
West Ham apeló ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo en mayo de 2025 y ganó el caso. El tribunal dictaminó que era “objetivamente imposible efectuar el pago de la segunda cuota”, anulando así la orden de la FIFA. La decisión evidenció la creciente fricción entre la regulación deportiva internacional y las normas nacionales de cumplimiento de sanciones.
Solo otro club europeo, el Djurgardens sueco, logró convencer a la FIFA de que la legislación nacional y de la UE impedía legalmente pagar al Zenit de San Petersburgo, según Follow the Money. La mayoría de los demás clubes encontraron vías alternativas, como intermediarios autorizados o canales financieros con permiso especial, para evitar sanciones deportivas.
Implicaciones más amplias para la gobernanza deportiva
De acuerdo con documentos públicos revisados por Follow the Money, la postura de la FIFA ha colocado a los clubes en una situación sin precedentes, obligándolos a escoger entre el riesgo de violar leyes nacionales o afrontar severas sanciones deportivas. El problema revela cómo las organizaciones deportivas globales a menudo operan bajo parámetros que no siempre coinciden con las realidades geopolíticas ni con los marcos legales internacionales.
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La FIFA ya ha enfrentado críticas en años recientes. En 2022 suspendió a Rusia de todas las competiciones, pero posteriormente recibió cuestionamientos por otras decisiones. Según Follow the Money, en el sorteo del Mundial 2026 se mostró un mapa en el que Crimea no aparecía como parte de Ucrania, y el organismo también permitió el regreso de jugadores rusos sub 17 en 2023.
Por qué este tema importa más allá del fútbol
El caso ilustra un fenómeno que se extiende a múltiples ámbitos. Organizaciones internacionales dedicadas al deporte, la cultura o las finanzas se ven cada vez más obligadas a actuar en un entorno marcado por sanciones, tensiones políticas y restricciones legales. La manera en que la FIFA define las obligaciones contractuales en un contexto de sanciones podría influir en cómo otras instituciones globales afrontan desafíos similares en el futuro.
Fuentes, según Follow the Money, Reuters, AP, BBC
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