El escándalo de las apuestas sacude el fútbol turco
La agencia estatal turca Anadolu Agency informó que un tribunal ordenó el lunes la detención del presidente del Eyüpspor, Murat Özkaya, y de otras siete personas en relación con apuestas ilegales en partidos de fútbol. Eyüpspor, que compite en la Turkish Super Lig, aún no ha realizado comentarios públicos sobre los arrestos.
La Turkish Football Federation (TFF) confirmó que 1.024 jugadores de varias divisiones fueron remitidos al Professional Football Disciplinary Council (PFDK) para su investigación. De ellos, 27 jugadores de la Super Lig —entre ellos miembros del Galatasaray y del Beşiktaş— fueron suspendidos inmediatamente de la competición.
Esta intervención masiva se produce tras una ronda previa de medidas disciplinarias en la que la TFF suspendió a 149 árbitros y asistentes árbitros a comienzos de este mes por delitos vinculados a apuestas.
Medidas de emergencia y consecuencias
Frente a una crisis que ha perturbado las plantillas de los clubes a nivel nacional, la TFF informó que ha iniciado negociaciones urgentes con FIFA para introducir una ventana de transferencias nacional temporal de 15 días, que permita a los clubes reconstruir sus equipos antes del periodo invernal de la campaña 2025‑2026.
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“Debido a la transferencia cautelar de 1.024 jugadores al PFDK, se han iniciado negociaciones urgentes con la FIFA”, comunicó la federación. La propuesta ayudaría a los equipos a hacer frente a la repentina falta de jugadores elegibles.
Mientras tanto, los partidos de las ligas turcas de segunda y tercera división han sido aplazados por dos semanas. Los medios locales informaron que la junta de la TFF tiene previsto celebrar una reunión extraordinaria el martes por la tarde para determinar los pasos a seguir.
Este movimiento subraya hasta qué punto el escándalo ha afectado la estructura del fútbol turco —desde los árbitros hasta los directivos de los clubes— y la urgencia de restaurar la confianza pública en el deporte.
Una crisis moral e institucional
El presidente de la TFF, İbrahim Hacıosmanoğlu, ha calificado el asunto como “una crisis moral en el fútbol turco”, reconociendo la magnitud del problema. La investigación interna de la federación reveló estadísticas inquietantes: de los 571 árbitros activos, 371 tenían cuentas de apuestas, de los cuales 152 apostaban activamente.
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Un árbitro habría realizado 18.227 apuestas, mientras que otros 42 apostaron en más de 1.000 partidos cada uno.
“Esto no es solo una cuestión disciplinaria: es un colapso ético que desafía los fundamentos del fútbol turco”, declaró Mehmet Kaya, columnista deportivo del Hürriyet Daily News, apuntando que las revelaciones han sacudido la confianza pública.
Repercusiones más amplias y atención internacional
La investigación sigue en curso y ha captado atención internacional, ya que los observadores aguardan la respuesta de la FIFA ante la solicitud de la TFF para una ventana de transferencias especial. El resultado podría sentar un precedente sobre cómo las autoridades del fútbol global manejan escándalos de apuestas a gran escala.
El caso ya se contempla como una de las crisis de integridad más significativas en la historia del fútbol turco —un momento que podría obligar a reformas drásticas en la forma en que el deporte se regula y supervisa en todos los niveles.
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Fuentes: Reuters, Anadolu Agency, BBC, AP.
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