El jefe de la Fifa afronta una denuncia por vulnerar la neutralidad al apoyar a Trump
Por qué el caso trasciende el mundo del deporte
El presidente de la FIFA, Gianni Infantino, enfrenta crecientes cuestionamientos después de que la organización británica FairSquare solicitara una investigación ética sobre su conducta. El centro de la controversia es la neutralidad política, un principio que rige a la FIFA con el fin de evitar que el organismo se convierta en herramienta de gobiernos o figuras políticas.
Para lectores que no siguen el fútbol, el tema es relevante porque la FIFA, más allá de organizar torneos, actúa como una institución global con influencia diplomática y económica. Gestiona miles de millones en ingresos, negocia con gobiernos y decide la sede de los principales eventos deportivos del planeta. Un mensaje político emitido por su presidente puede tener repercusiones internacionales.
El origen de la denuncia
FairSquare informó el martes que presentó formalmente su solicitud a los órganos de ética de la FIFA. En su carta argumenta que Infantino pudo haber contravenido las normas internas al elogiar repetidamente a Donald Trump y al otorgarle un premio de paz creado recientemente. Según informó Associated Press, la FIFA no confirmó si había recibido la denuncia y afirmó que no comenta sobre posibles procesos en curso.
Las reglas de la FIFA permiten suspensiones de hasta dos años cuando un funcionario es considerado responsable de realizar respaldos políticos. Observadores citados por AP señalan que los actuales comités éticos, nombrados durante la presidencia de Infantino, son percibidos por algunos críticos como menos independientes que los que sancionaron al expresidente Sepp Blatter hace una década.
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Elogios públicos y un premio inesperado
A lo largo del último año, Infantino expresó públicamente su admiración por Trump. En octubre publicó en Instagram que el exmandatario estadounidense “definitely deserves” el Premio Nobel de la Paz. Estas declaraciones coincidieron con el fortalecimiento de la relación entre la FIFA y Estados Unidos de cara al Mundial masculino de 2026, que el país organizará junto con Canadá y México. Según AP, el torneo podría generar más de 10 mil millones de dólares en ingresos.
Durante el sorteo del Mundial, celebrado la semana pasada en Washington, D.C., Infantino apareció en el escenario con líderes políticos de los países anfitriones momentos después de que Trump recibiera el primer Premio de la Paz de la FIFA. Tras la emisión de un video de homenaje, Infantino le dijo, “This is what we want from a leader ... you definitely deserve the first FIFA Peace Prize ... and you can always count, Mr. President, on my support.”
Declaraciones similares surgieron en noviembre, cuando Infantino afirmó en un foro empresarial en Miami que “we should all support what [Trump] is doing [in the U.S.] because I think it’s looking pretty good.”
Los argumentos de FairSquare
En su denuncia, FairSquare también mencionó un mensaje que Infantino publicó en Instagram el día de la investidura de Trump. Al final del video escribió, “Together we will make not only America great again, but also the entire world.” Para la organización, entregar un premio a un dirigente político en funciones constituye ya un incumplimiento directo del principio de neutralidad.
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FairSquare también señaló la ausencia de información sobre el origen del galardón. La FIFA no ha explicado cómo se creó el premio y, de acuerdo con fuentes citadas por AP, algunos funcionarios solo se enteraron de su existencia a través de noticias en los medios. Si Infantino actuó sin la debida autorización, sostiene FairSquare, ello podría constituir un “abuso de poder” significativo.
La organización ha cuestionado anteriormente a la FIFA en temas relacionados con derechos humanos en Arabia Saudí, la influencia de empresas estatales y diversos aspectos de la gobernanza interna.
Lo que este caso revela sobre la gobernanza de la FIFA
El episodio llega en un momento en el que las entidades deportivas internacionales se enfrentan a crecientes demandas de transparencia y autonomía. La FIFA ha defendido durante años que la neutralidad política es esencial para garantizar la confianza en sus decisiones. Si los órganos éticos deciden abrir una investigación, el caso podría influir en la manera en que la FIFA maneje presiones políticas en el futuro.
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