El inicio de temporada 2025 de Ferrari en la Fórmula 1 ha sido preocupante. Su pobre rendimiento en Australia ha dejado al descubierto una debilidad fundamental. Ahora, de cara al Gran Premio de China, el equipo ha detectado un problema «crítico» en los datos de Lewis Hamilton y Charles Leclerc, un factor que podría ser decisivo para cambiar el rumbo de su temporada.
La primera carrera en Melbourne fue un duro golpe de realidad para Ferrari. Después de clasificar en la cuarta fila, solo lograron rescatar cinco puntos: Leclerc terminó en séptima posición, mientras que Hamilton no pudo avanzar más allá del octavo puesto. Como resultado, Ferrari ocupa actualmente la séptima posición en el campeonato de constructores, incluso por detrás de Sauber, el equipo que terminó último la temporada pasada.
Andrea Stella, de McLaren, y Toto Wolff, de Mercedes, creen que Ferrari no mostró todo su potencial en Australia. Sin embargo, los números son contundentes: en clasificación, estuvieron casi siete décimas por detrás del mejor tiempo, un margen que resulta alarmante.
Además, la estrategia en carrera no ayudó. Ferrari dudó en la decisión de cambiar neumáticos cuando la lluvia apareció en las últimas vueltas, lo que hizo que ambos pilotos perdieran posiciones clave y desperdiciaran una buena oportunidad de sumar más puntos.
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Los problemas en curvas de velocidad media: el talón de Aquiles de Ferrari
El análisis posterior a la carrera reveló una inconsistencia preocupante en el rendimiento del SF-25. Los datos muestran que el coche ha mejorado en las secciones de alta velocidad, con una ganancia de 0,7 segundos y un aumento de hasta 12 km/h en la velocidad punta con respecto al SF-24. Sin embargo, en las curvas de velocidad media –cruciales en la mayoría de los circuitos– Ferrari ha retrocedido notablemente, perdiendo hasta cuatro décimas por vuelta.
Esto es particularmente problemático para Hamilton, quien se destaca cuando cuenta con un monoplaza estable y predecible. Si no logran corregir esta deficiencia pronto, el SF-25 podría resultar peor en curvas que su predecesor, lo que dificultaría encontrar tiempos de vuelta consistentes.
La diferencia con McLaren es evidente: Lando Norris logró la pole en Australia con un tiempo casi nueve décimas más rápido que la referencia del año pasado de Max Verstappen. Mientras que otros equipos han dado un paso adelante, Ferrari parece haberse estancado.
Aunque ajustes en el balance del coche podrían solucionar el problema, este proceso tomará tiempo, y Ferrari ya ha perdido un terreno valioso en la lucha por el campeonato.
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Creciente frustración de Hamilton: problemas de comunicación con Ferrari
Más allá del rendimiento del coche, otro problema está surgiendo en Ferrari: la comunicación entre Hamilton y su ingeniero de carrera, Riccardo Adami. Sus tensos intercambios por radio en Melbourne no pasaron desapercibidos, y Martin Brundle se preguntó por qué Hamilton se mostraba tan molesto.
El analista Peter Windsor se sorprendió de que estos problemas no se hubieran resuelto durante las pruebas de pretemporada en Baréin. Hamilton ha dejado claro que solo quiere recibir información cuando la solicite, un estilo de trabajo que perfeccionó con Peter Bonnington en Mercedes, formando la dupla más exitosa entre piloto e ingeniero en la historia de la F1.
Si bien es demasiado pronto para juzgar el desempeño de Adami, está claro que Ferrari deberá mejorar la comunicación si quiere maximizar el potencial de Hamilton. Adami trabajó anteriormente con Sebastian Vettel, pero la dinámica entre ambos era distinta. Adaptarse a las exigencias precisas de Hamilton tomará tiempo.
Los próximos pasos de Ferrari: ¿Podrán recuperarse en China?
Con el Gran Premio de China en el horizonte, Ferrari debe encontrar soluciones urgentes, especialmente en lo que respecta al rendimiento en curvas de velocidad media y la toma de decisiones estratégicas en carrera.
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Con Red Bull, McLaren e incluso Mercedes mostrando mejoras significativas, Ferrari no puede permitirse seguir perdiendo terreno. Para Hamilton, la prioridad será asegurarse de que su voz sea escuchada dentro del equipo, tanto en el desarrollo del coche como en la gestión de carrera.
La presión es cada vez mayor, y Ferrari tiene un margen de error mínimo. Las próximas carreras revelarán si pueden convertir su problema «crítico» en un punto de inflexión o si su temporada 2025 ya está en peligro.
