Ha llegado el momento de que el Liverpool rescate su temporada.
Cuando llegó agosto, el Liverpool parecía bien posicionado para cimentar su título de la temporada anterior. Su operación de verano fue inusualmente ambiciosa para un club que a menudo opta por incorporaciones muy puntuales, y los primeros indicios sugerían que los recién llegados se integrarían rápidamente con el núcleo habitual.
Cinco victorias consecutivas en la liga incluyendo un triunfo controlado sobre el Everton en el derbi del Merseyside los catapultaron a la cima de la tabla con quince puntos.
Ese inicio prometedor se ha desvanecido desde entonces. El Liverpool ha perdido cinco de sus últimos seis partidos de liga, y llega al último fin de semana de noviembre en octava posición. El giro ha sido tan drástico que ha cambiado tanto las expectativas como el tono alrededor del club.
Una carga emocional persistente
Dentro del vestuario, pocos se sorprendieron de que el ritmo y la cohesión resultaran difíciles de mantener. El fallecimiento repentino de Diogo Jota en julio fue un golpe emocional profundo, y sus efectos han continuado manifestándose de maneras sutiles.
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En una entrevista con BBC Sport tras la victoria de Escocia sobre Dinamarca, Andy Robertson reflexionó abiertamente sobre lo presente que seguía estando Jota en su mente. Sus palabras pusieron en evidencia que la recuperación emocional no sigue el ritmo del calendario de partidos. Incluso pequeñas caídas en la claridad mental pueden influir en partidos que muchas veces se deciden por márgenes mínimos.
Un calendario exigente
La posición del Liverpool en la liga puede parecer alarmante a primera vista, pero el contexto importa. Según la clasificación de la Premier League a estas alturas, siete de sus rivales actuales están en el top 10. La derrota por 3‑0 ante el Manchester City justo antes del parón internacional intensificó el escrutinio; aunque el panel de Incidentes Clave de Partidos de la Premier League declaró después que el gol anulado a Virgil van Dijk debería haber contado.
Esa derrota llegó apenas días después de que el Liverpool mostrara actuaciones sólidas contra Aston Villa y Real Madrid, recordatorios de que su techo sigue siendo alto cuando su estructura se mantiene firme.
Posesión sin penetración
El Liverpool continúa dominando el balón más que cualquier otro equipo, con un promedio de 60,7 % de posesión por partido. Sin embargo, los rivales se han vuelto cada vez más cómodos defendiendo en bloque bajo y permitiendo que el Liverpool trabaje delante de ellos. El equipo ha tenido dificultades para convertir largos tramos de posesión en presión constante.
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Florian Wirtz fue fichado para ayudar a resolver este problema. Su creatividad ha sido evidente en la Champions League, pero aún no ha trasladado esa influencia a la Premier League. Una reciente lesión muscular ha ralentizado además su adaptación.
Alexander Isak está cerca de volver, y su capacidad de definición podría proporcionar ese punto débil que ahora le falta al Liverpool. Aun así, el entrenador debe averiguar cómo encajarlo junto a Hugo Ekitike, quien ha sido uno de los pocos atacantes consistentes, con seis goles en todas las competiciones.
Inconsistencia ofensiva y dudas defensivas
La producción ofensiva del Liverpool ha caído en picada respecto a la temporada pasada. El equipo promedió 2,3 goles por partido de Premier League durante su temporada campeona. Esta campaña, esa cifra ha descendido a 1,6. Su tasa de conversión en las ocasiones claras también ha bajado significativamente.
Defensivamente, el Liverpool ha encajado 17 goles en liga y ha permitido 29 ocasiones de peligro importantes —ambos datos muy por debajo de sus números del año anterior. Estos problemas contribuyen de manera directa a sus dificultades con los estados cambiantes de los partidos.
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El equipo ha ido perdiendo en ocho de sus últimos diez encuentros y ha perdido todos los partidos de liga en los que se puso por detrás. Han pasado solo un 24,1 % de sus minutos en liga en situación de ganar, comparado con un 45,6 % la temporada pasada.
Una ventana estrecha para responder
Aun así, sigue habiendo razones para el optimismo. El Liverpool experimentó una caída similar en su desempeño subyacente en medio de la temporada pasada, y mejoró considerablemente después de ese tramo lento.
Su calendario cercano ofrece una oportunidad para recuperar la confianza, comenzando con un partido en casa contra Nottingham Forest, que actualmente se encuentra cerca del fondo de la tabla. Solo uno de los próximos cinco rivales de liga del Liverpool está en la mitad superior.
No obstante, el margen de error es mínimo. La plantilla sigue cargando con un peso emocional tras un verano difícil, y el panorama táctico de la liga está evolucionando rápidamente. Las próximas semanas dirán si la reciente racha negativa es una caída temporal o una señal de inestabilidad más profunda.
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Si el Liverpool pretende recuperar la autoridad que mostró en agosto, la recuperación debe comenzar de inmediato.
Fuentes: BBC Sport, datos de partidos de la Premier League, Opta Analyst
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