Jóvenes lanzadores llevan sus cuerpos al límite mientras aumentan las lesiones del UCL en el béisbol estadounidense
El béisbol juvenil en Estados Unidos atraviesa una preocupante oleada de lesiones graves en el codo, especialmente entre los lanzadores más jóvenes. Lo que antes afectaba principalmente a profesionales experimentados aparece ahora en jugadores de secundaria e incluso de niveles inferiores. La causa se encuentra en un entorno de entrenamiento que premia la velocidad más que nunca.
Para el lanzador universitario Kade Durnin, todo comenzó con una punzada repentina durante un entrenamiento. El dolor fue tan extraño que comprendió de inmediato que algo estaba mal. La posterior confirmación médica, un desgarro del ligamento colateral cubital, lo introdujo de lleno en una tendencia nacional en aumento.
El UCL estabiliza el codo durante el movimiento de lanzamiento, a pesar de ser una estructura relativamente pequeña. Cuando se desgarra, muchos atletas recurren a la cirugía Tommy John, un procedimiento que reemplaza el ligamento dañado por un tendón de otra parte del cuerpo. Antes era un último recurso para profesionales veteranos, ahora se ha vuelto sorprendentemente común entre adolescentes.
Creciente carga entre los atletas jóvenes
Según informó CNN Sports, el médico del equipo de los New York Yankees, el doctor Christopher Ahmad, opera actualmente a más adolescentes que a jugadores profesionales. Hace veinte años, su trabajo se centraba sobre todo en lanzadores universitarios y profesionales. Hoy, una parte importante de sus cirugías semanales corresponde a deportistas de secundaria, algunos incluso más jóvenes.
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Los datos reflejan el mismo cambio. A mediados de la década de 2000, solo unos pocos prospectos de élite habían pasado por la cirugía antes del draft. Dos décadas más tarde, la cifra aumentó notablemente, señal de una transformación profunda en la formación de los jóvenes lanzadores.
Una cultura obsesionada con la velocidad
Muchos especialistas señalan una causa evidente, los lanzadores jóvenes tiran más fuerte que nunca. Las mediciones de velocidad se han convertido en el eje del reclutamiento, y la presión por igualar a los compañeros es intensa. Frank Alexander, entrenador atlético que trabaja con los pacientes de Ahmad, dijo que la persecución de velocidades extremas define hoy el béisbol juvenil.
Los centros de entrenamiento ofrecen programas especializados centrados en aumentar la velocidad, algunos con ejercicios que llevan a los jóvenes al límite. Durnin se lesionó mientras intentaba superar un récord local de 101 millas por hora durante un ejercicio de pulldown. Reconoció que la práctica puede ser útil, pero que a menudo los adolescentes la llevan demasiado lejos con tal de llamar la atención de los cazatalentos.
Alex Hoffman, con solo quince años, sufrió un desgarro del UCL al desempeñarse como lanzador y receptor sin suficiente descanso. Su brazo nunca tuvo tiempo de recuperarse entre los partidos, un patrón común en muchos equipos juveniles.
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Presión desde edades tempranas
Aunque muchos jóvenes creen que se exigieron demasiado, los entrenadores señalan que otras presiones también influyen. Alexander recordó casos en los que adolescentes en plena rehabilitación fueron presionados para alcanzar ciertas velocidades, a pesar de que sus codos aún no estaban completamente recuperados. En un caso, un lanzador volvió a lesionarse intentando cumplir las expectativas asociadas a un compromiso universitario no vinculante, el cual finalmente perdió.
Un estudio citado por CNN Sports encontró que la mayoría de los equipos juveniles incumple las recomendaciones de Pitch Smart, que establecen límites de lanzamientos y períodos de descanso. Ahmad advirtió que la competencia en el béisbol escolar y de clubes conduce a un uso excesivo de los talentos más jóvenes.
La cirugía y sus límites
La cirugía Tommy John ha permitido regresos espectaculares en el béisbol profesional. Estrellas como Shohei Ohtani y Shane Bieber han recuperado su nivel tras largos períodos de rehabilitación. Sin embargo, Ahmad subrayó que no todos los jugadores logran volver a su rendimiento previo. Algunos recuperan la capacidad de lanzar, pero no la misma velocidad o consistencia.
La recuperación es larga y emocionalmente agotadora. Muchos adolescentes temen quedarse atrás respecto a sus compañeros. Estudios realizados por Ahmad, Alexander y otros investigadores indican que casi un tercio de los jugadores lesionados muestran síntomas compatibles con un posible trastorno de estrés postraumático.
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El impacto emocional aparece incluso en el momento del diagnóstico. Alexander recordó a un joven prospecto que quedó visiblemente conmocionado al saber que su ligamento estaba desgarrado.
Cambios más amplios en el deporte juvenil
El béisbol juvenil en Estados Unidos ha cambiado de forma notable. Equipos de viaje, torneos durante todo el año, entrenadores especializados y herramientas de análisis avanzado han elevado el nivel, pero también han aumentado la carga física. Los cuerpos en desarrollo no siempre están preparados para estas exigencias.
Al mismo tiempo, los enormes contratos del béisbol profesional llevan a algunos adolescentes a creer que la velocidad extrema puede asegurarles un futuro brillante. Esa mentalidad anima a muchos a entrenar más allá de lo recomendable o a ignorar señales de advertencia.
En busca de soluciones
Major League Baseball ha implementado reformas de seguridad en el pasado, pero modificar las reglas del pitcheo implicaría alterar profundamente el juego. Algunos expertos defienden rotaciones más amplias o períodos de descanso obligatorios, aunque la aplicación en el nivel juvenil sigue siendo irregular.
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Ahmad resumió el dilema central, las cualidades que hacen destacar a un lanzador, velocidad, resistencia y alto volumen de trabajo, son las mismas que lo ponen en riesgo. Mientras la velocidad siga siendo un criterio clave para evaluar el talento, los jóvenes continuarán llevando sus brazos al límite.
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