La UEFA enfrenta graves problemas legales por el formato de la Champions League
Mientras el nuevo “modelo suizo” de la Champions League se ve envuelto en una demanda multimillonaria, el mundo del fútbol se pregunta algo incómodo: ¿cuándo deja la innovación de ser creatividad para convertirse en robo corporativo?
Un cambio audaz y una fuerte acusación
Cuando la UEFA presentó su formato renovado la temporada pasada, fue anunciado como una revolución.
Desaparecieron los ocho grupos tradicionales de cuatro equipos. En su lugar, surgió una única tabla general con 36 clubes, cada uno disputando ocho partidos frente a rivales distintos.
El rediseño pretendía que la fase inicial fuera más dinámica, menos predecible y, sobre todo, más atractiva comercialmente.
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Pero ese mismo “modelo suizo” se ha convertido ahora en el centro de una disputa legal que podría costarle a la UEFA 18 millones de libras.
La consultora deportiva chilena MatchVision, dirigida por Leandro Shara, afirma que todo el sistema fue copiado de una propuesta que presentó a la UEFA en 2013.
Shara asegura que tanto el algoritmo como la estructura le pertenecen, y que la propia FIFA ha reconocido sus derechos de propiedad intelectual.
“Soy el creador del formato”, declaró a The Sun. “Y la FIFA ha reconocido los derechos de propiedad intelectual y el algoritmo que lo desarrolla.”
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Cuando las ideas se vuelven propiedad
Lo fascinante de este caso no es solo la posible indemnización, sino lo que representa. ¿Puede alguien realmente ser dueño de la estructura de un torneo? ¿Debe un formato que simplemente organiza partidos y resultados tratarse como si fuera un software o una máquina patentada?
La UEFA, por supuesto, ha preferido no hacer comentarios. Pero su silencio dice mucho.
Durante años, la organización ha defendido su autoridad: primero frente a los rebeldes de la Superliga, y ahora frente a un inventor independiente que afirma que le robaron su trabajo.
En ambos casos, la pregunta es la misma: ¿quién controla realmente el futuro del fútbol, los aficionados, los innovadores o las instituciones?
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¿Innovación o imitación?
Como aficionado, puedo entender el intento de la UEFA por modernizar una competición que a veces se sentía repetitiva.
Pero como periodista, no puedo ignorar cuántas veces los organismos del fútbol confunden inspiración con apropiación.
Si Shara realmente presentó este modelo hace más de una década, la “innovación” de la UEFA podría ser simplemente otro ejemplo de cómo las grandes organizaciones tratan la creatividad como un bien libre de derechos.
Sin embargo, hay otra verdad inevitable: la evolución del fútbol siempre iba a generar tensiones entre la originalidad y la propiedad.
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Una vez que los datos, los algoritmos y los derechos televisivos entran en juego, el fútbol deja de ser solo un deporte y se convierte en un producto global gestionado como una plataforma tecnológica.
El alma del juego
Quizás este caso sea más que una simple reclamación individual. Se trata de cómo el fútbol define su propio progreso.
¿Se puede patentar la competencia? ¿Debería escribirse el próximo capítulo del deporte en los tribunales en lugar de en los estadios?
Tal vez el verdadero problema no sea que la UEFA tomara prestada una idea. Tal vez sea que el fútbol moderno ha olvidado cómo celebrar las ideas en primer lugar.
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Fuentes: The Sun, Transfer News Live
