El Arsenal tropieza y comienza la persecución.
Durante gran parte del otoño, el Arsenal transcurría por la temporada de la Premier League con la compostura de un equipo que finalmente sabía gestionar un empuje por el título. Ese aplomo se quebró el fin de semana. Una derrota en tiempo de descuento frente al Aston Villa un solo instante que silenció la grada visitante recordó a la liga que la delgada línea entre el control y la vulnerabilidad sigue siendo extremadamente estrecha para el conjunto de Mikel Arteta.
Fue apenas su segunda derrota en liga de la temporada, pero cayó con el peso de algo mucho mayor. En esos mismos 90 minutos, el panorama que les rodeaba cambió: el Manchester City se acercó, el Villa entró en la contienda, y la sensación de que el Arsenal actuaba con luz de día se desvaneció de repente.
El impulso se resbala por los bordes
En lugar de tratar la derrota ante el Villa como un momento aislado, vale la pena analizar las semanas que condujeron hasta ella. La deslumbrante racha del Arsenal la victoria por 4–1 ante el Tottenham y el triunfo contundente contra el Bayern Múnich parecían en su momento un trampolín. Según BBC Sport, esos partidos reafirmaron al Arsenal como el equipo en mejor forma de Europa.
Pero los puntos álgidos suelen llevar costos ocultos. El desgaste emocional y físico de esos encuentros trascendentales perduró. El Chelsea los presionó sin tregua en un empate en Stamford Bridge. El Brentford convirtió su partido en una batalla agotadora. Cada encuentro minó la sensación de inevitabilidad que rodeaba al equipo de Arteta.
Lee también: Barcelona acompaña a Araujo en su recuperación mientras busca estabilidad defensiva
El Villa simplemente asestó el golpe final, aprovechando en el descuento después de que la defensa improvisada del Arsenal terminara cediendo.
El resultado estrechó la tabla: el City está justo detrás, y el Villa descartado en septiembre vuelve a estar en la conversación.
Presión más allá del terreno de juego
Incluso antes de la derrota, circulaban dudas sobre la resistencia mental del Arsenal. The Daily Telegraph publicó una columna de Jamie Carragher en la que advertía que el club corría el riesgo de “quemar energía emocional demasiado pronto”, sugiriendo que a veces el Arsenal trata victorias rutinarias o reveses menores como puntos de inflexión en la carrera por el título.
La advertencia de Carragher resonó con fuerza el sábado. Cuando el disparo de Emiliano Buendía tocó red, varios jugadores del Arsenal se desplomaron, incrédulos. David Raya permaneció de rodillas mucho después del pitido final. No era solo decepción, era agotamiento mezclado con frustración: una instantánea de un equipo que lidiaba con sus propias expectativas.
Lee también: La FIFA anuncia una nueva regla para los partidos de la Copa Mundial de 2026
Si esa reacción se convierte en una nota al pie o en un símbolo definitorio de la temporada dependerá de lo que ocurra a continuación.
Lesiones que estiran el margen
En lo práctico, los problemas del Arsenal son más fáciles de identificar. Su estructura defensiva una de las más sólidas de la liga la temporada pasada ha sido desmantelada. Sky Sports y BBC Sport informaron que Gabriel Magalhães, William Saliba y el suplente Cristhian Mosquera están indisponibles, dejando a Arteta con muy pocas opciones naturales en el centro de la defensa.
La improvisación forzada rara vez ofrece simetría. Los laterales que se despliegan hacia el centro pueden aportar energía, pero no siempre el mando o la claridad posicional necesarios en partidos ajustados. Y eso se ha notado.
Y, sin embargo, el Arsenal ha soportado cosas peores. Sobrevivieron a periodos prolongados sin Martin Ødegaard y Bukayo Saka al principio de la temporada. Kai Havertz aún está recuperando la forma física total. Arteta no ha alineado un once completo ni una sola vez esta campaña un punto que enfatizó tras la derrota ante el Villa, diciendo que el equipo “volvería a aprender a partir de hoy” y que seguiría siendo resiliente.
Lee también: AC Milan estudia opciones veteranas mientras resurgen las conversaciones sobre Lewandowski
Rivales que se acercan
El resurgir del Villa nueve victorias en diez partidos de liga ha añadido una dimensión inesperada a la carrera por el título. Arteta reconoció tras la derrota del sábado que el equipo de Unai Emery está “en la carrera”, un guiño a su solidez defensiva y su capacidad para absorber presión como local.
Mientras tanto, el Manchester City parece estar redescubriendo su equilibrio. Reuters citó al defensor Josko Gvardiol diciendo que el City se está “acercando” mientras esperan el regreso de Rodri un recordatorio de que el equipo de Guardiola suele alcanzar su pico de rendimiento tras el Año Nuevo, no antes.
El Arsenal, por su parte, debe encontrar el suyo otra vez.
La necesidad de un reinicio
El calendario ahora ofrece algo más liviano. Un viaje de Champions League al Club Brugge y un encuentro de liga con el Wolves, que ocupa el fondo de la tabla, brindan una oportunidad para recalibrar. Estos partidos pondrán a prueba no solo la profundidad de la plantilla del Arsenal, sino también su temple.
Lee también: Esto es lo que cada equipo de F1 debe pagar para competir en 2026.
Gary Neville, hablando en su podcast de Sky Sports, instó al Arsenal a no dar demasiada importancia a la derrota ante el Villa: “No me estaría poniendo en pánico”, dijo, agregando que al City también le esperan tramos difíciles. Pero Neville también señaló que el City sobresale al acechar al líder hasta las últimas semanas. “Si el City mantiene cerca hasta abril”, advirtió, “es ahí cuando descubres de qué está hecho realmente un equipo.”
El Arsenal ya no juega con la comodidad de la distancia. Su destino sigue estando al alcance, pero también la presión que ha perseguido a sus dos últimas campañas por el título. Que esta temporada termine de un modo diferente podría depender menos de su talento que de su capacidad para mantenerse compuesto cuando los márgenes se estrechan.
Fuentes: Reuters, BBC Sport, Sky Sports, The Telegraph
Lee también: Salah renueva su contrato a largo plazo con el Liverpool
