Cuando la política se encuentra con el campo de juego: ¿Cuánto poder tiene Donald Trump en los deportes mundiales?
Los organismos deportivos internacionales a menudo insisten en que operan por encima de la política. A medida que Estados Unidos se prepara para albergar la Copa Mundial de fútbol masculino de 2026 y los Juegos Olímpicos de verano de 2028, esa afirmación está siendo objeto de un escrutinio renovado, no por los propios eventos, sino por lo estrechamente que el deporte se ha entrelazado con las prioridades de la administración del presidente Donald Trump.
Según reportes de Associated Press, el segundo mandato de Trump ha coincidido con una serie de decisiones de organizaciones deportivas globales y nacionales que reflejan un cálculo cuidadoso: mantener el acceso y la estabilidad en un país que será sede de las competiciones más importantes del mundo.
Un gesto que llamó la atención
Los jefes de Estado aparecen regularmente en las ceremonias principales de la Copa Mundial. Lo que hizo que esta aparición destacara, informó AP, fue la decisión de la FIFA de crear un nuevo “Premio de la Paz de la FIFA” y otorgárselo a Trump.
La medida se produjo cuando Trump ha buscado públicamente reconocimiento internacional por su política exterior, incluido el Premio Nobel de la Paz. Académicos del deporte citados por la AP describieron el momento como algo más que ceremonial.
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“Creo que el deporte es un ejemplo fundamental de la creencia de Trump de que está a cargo de todo”, dijo David Niven, quien imparte un curso de “Deporte y Política” en la Universidad de Cincinnati.
La decisión de la FIFA generó preguntas sobre su compromiso con la neutralidad política preguntas que países anfitriones anteriores, como Rusia y Catar, en gran medida evitaron al mantener a los líderes políticos a distancia de los premios y el simbolismo.
La política migratoria se encuentra con el deporte global
La aplicación de la inmigración se ha convertido en uno de los asuntos de política más inmediatos que afectan a los próximos eventos. La administración Trump ha llevado a cabo más de 605,000 deportaciones desde que asumió el cargo, según datos de la administración citados por la AP.
Con millones de visitantes internacionales esperados, los organizadores y aficionados están observando de cerca. Louis Moore, profesor de la Universidad Estatal de Míchigan que estudia el deporte y la sociedad, dijo a la AP que los estadios probablemente estarán llenos de todas formas, pero que la atmósfera fuera de ellos importa.
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“Los fans, siempre que hay un gran evento de fútbol, aparecerán y apoyarán a su equipo”, dijo Moore. Añadió que espera que se negocien protecciones si agentes de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) están presentes en los recintos.
La administración ha enviado mensajes contradictorios. Funcionarios han promovido un propuesto “Pase FIFA” destinado a agilizar el procesamiento de visas para los poseedores de entradas. Al mismo tiempo, la Casa Blanca ha ampliado las prohibiciones de viaje y las restricciones migratorias que afectan a algunos países participantes.
Las reglas sobre elegibilidad de género cambian
Las políticas de Trump respecto a la participación de personas transgénero en el deporte también han transformado el panorama. Al principio de su mandato, firmó una orden ejecutiva titulada “Mantener a los hombres fuera de los deportes femeninos”, dirigiendo a las agencias federales a hacer cumplir una interpretación estricta del Título IX basada en el sexo asignado al nacer.
La NCAA actuó rápidamente para cumplirla. “La orden del presidente Trump provee un estándar nacional claro”, dijo Charlie Baker, presidente de la NCAA.
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Meses más tarde, y sin anuncio público, el Comité Olímpico y Paralímpico de Estados Unidos ajustó su propia política. La experta legal olímpica Jill Pilgrim dijo a la AP que el cambio fue respaldado por “un conjunto de argumentos bien razonados”, pero agregó: “Me sorprendería bastante si esto no es impugnado” en los tribunales.
Cooperación en lugar de confrontación
En lugar de resistir, muchos líderes deportivos han optado por la acomodación. El presidente de la FIFA, Gianni Infantino, elogió a Trump durante la presentación del Premio de la Paz, a pesar del requisito declarado de neutralidad política de la FIFA.
Funcionarios olímpicos estadounidenses también aparecieron con Trump en una ceremonia en la Casa Blanca donde le entregaron medallas de los Juegos de Los Ángeles de 1984. Durante el evento, Trump firmó una orden ejecutiva creando un grupo de trabajo federal para coordinar roles de seguridad relacionados con los Juegos y el procesamiento de visas que el gobierno normalmente manejaría de todos modos.
La reconciliación silenciosa con el golf
La relación de Trump con el golf también ha cambiado. Asistió a la Ryder Cup este verano como invitado de la PGA of America, tres años después de que la organización retirara un campeonato importante de uno de sus campos tras el ataque al Capitolio de Estados Unidos del 6 de enero de 2021.
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Trump se había alineado previamente con LIV Golf, la liga respaldada por Arabia Saudita que fracturó el deporte. Aunque una reunión en la Casa Blanca a principios de este año no logró resolver esa división, su aparición en la Ryder Cup marcó un deshielo simbólico. Los jugadores lo recibieron con agrado evitando hablar de política.
Los deportes universitarios ponen a prueba los límites
Los deportes universitarios pueden ser más difíciles de influenciar para Trump. Una orden ejecutiva de julio titulada “Salvar los deportes universitarios” instó a las agencias federales a aclarar si los atletas universitarios pueden ser clasificados como empleados y urgió protecciones antimonopolio para la NCAA.
Ambos temas recaen finalmente en el Congreso, donde no ha surgido ningún acuerdo. Niven describió la situación a la AP como resistente a soluciones simples y, por lo tanto, lenta en cambiar.
Aun así, Trump ha dejado la puerta abierta. “Algo se debería hacer”, dijo recientemente, advirtiendo que sin acción, las universidades corren el riesgo de ser “eliminadas”.
Por ahora, los líderes deportivos parecen centrados en mantener los juegos funcionando sin contratiempos, incluso cuando la línea entre la política y el deporte sigue desdibujándose.
Fuente: Associated Press
