Rendimiento financiero de La Liga 2024/25 – Una visión completa
La Liga española no solo es una de las competiciones más prestigiosas del mundo en lo deportivo, sino también un escenario complejo en términos económicos. En tiempos de mercados inflados, fichajes millonarios y estrategias divergentes entre clubes, los balances financieros ofrecen una mirada clara sobre la sostenibilidad y los riesgos de cada institución. Aquí analizamos los números de cada club, considerando ingresos, gastos, balances y también la composición de las plantillas – número de jugadores, extranjeros y edad promedio – para entender cómo se sostiene el fútbol español en su conjunto.
Atlético Madrid

Atlético de Madrid presenta un caso llamativo: ingresos de 93,9 millones de euros frente a gastos de 185 millones, lo que resulta en un déficit enorme de –91,1 millones. A pesar de estar en la élite deportiva, las cifras reflejan una apuesta arriesgada: gastar más de lo que entra con la esperanza de que los títulos y la Champions League equilibren las cuentas.
La plantilla cuenta con 23 jugadores, 16 extranjeros, y una edad media de 29,2 años. Se trata de un equipo experimentado, con estrellas internacionales que generan prestigio pero también grandes costes salariales. El modelo es claro: ganar ahora, sin pensar tanto en el largo plazo ni en el valor de reventa.
Atlético depende de mantener resultados deportivos de alto nivel. Un mal año podría dejar el déficit sin cubrir. Aun así, el club encarna la ambición y el carácter competitivo de Madrid, y mientras los resultados acompañen, la apuesta sigue viva.
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Villarreal

Villarreal ofrece un ejemplo de gestión equilibrada. Sus ingresos son de 74,5 millones y los gastos 63 millones, generando un superávit de 11,5 millones. La política del “Submarino Amarillo” es clara: gastar con control, invertir en momentos puntuales y mantener estabilidad.
Con 24 jugadores, 11 extranjeros y una edad media de 27,3 años, Villarreal tiene un equipo sólido y bien estructurado. La combinación de talento internacional con jugadores locales refuerza la identidad y da equilibrio al club.
El superávit permite planificar con cierta holgura, sin comprometer el futuro. Villarreal demuestra que se puede ser competitivo en España y Europa sin caer en deudas excesivas.
Real Sociedad

La Real Sociedad muestra un modelo sostenible. Con ingresos de 69,85 millones y gastos de 45,5 millones, obtiene un superávit de 24,35 millones. Es uno de los resultados más positivos de toda la liga.
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La plantilla tiene 25 jugadores, solo 8 extranjeros, y una edad promedio de 25,5 años. La apuesta por la cantera es evidente, algo que ha caracterizado a la Real durante décadas. Esta juventud implica costes más bajos y un gran potencial de revalorización.
El club combina identidad local, estabilidad financiera y competitividad deportiva. Su ejemplo demuestra que se puede estar arriba sin grandes fichajes, apoyándose en talento propio y fichajes estratégicos.
Real Betis

Real Betis logra ingresos de 60,7 millones contra gastos de 41,05 millones, lo que da un superávit de 19,65 millones. Con una plantilla de 26 jugadores, 13 extranjeros y una edad media de 27,8 años, se trata de un grupo maduro con equilibrio internacional.
El superávit refleja eficiencia y disciplina. Betis no tiene los recursos de Barça o Madrid, pero gestiona con rigor, apostando por continuidad y decisiones correctas en el mercado. Esto le ha permitido consolidarse como un club estable de mitad alta de tabla.
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El reto de Betis es mantener la coherencia. Una o dos malas decisiones podrían afectar el equilibrio, pero en general el club muestra solidez.
Girona

Girona sorprende con ingresos de 56,5 millones frente a gastos de 45,5 millones, consiguiendo un saldo positivo de 11 millones. Es un resultado notable para un club emergente.
La plantilla está compuesta por 26 jugadores, 15 extranjeros, con edad promedio de 27,4 años. La apuesta por el talento internacional es clara, combinada con jugadores locales que aportan estabilidad.
Girona crece no solo en lo deportivo sino también en lo económico. Su superávit le permitirá reforzarse y seguir consolidándose en la élite, siempre que mantenga el control de costes.
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Barcelona

Barcelona sigue siendo un gigante con pies de barro. Ingresos de 38,3 millones frente a gastos de 57,7 millones generan un déficit de –19,4 millones. A pesar de su nombre global y su cantera histórica, los problemas financieros persisten.
La plantilla tiene 26 jugadores, 8 extranjeros y una edad media de 24,9 años. Es un equipo joven, con futuro y potencial de venta, pero los costes estructurales siguen siendo altos. El déficit confirma que la recuperación económica no es inmediata.
Barça necesita aumentar ingresos por patrocinios, entradas y ventas de jugadores, además de éxitos en el campo. Su historia lo sostiene, pero la gestión debe ser más estricta para evitar un mayor deterioro.
Sevilla

Sevilla presenta unas cifras difíciles: ingresos de 32,55 millones frente a gastos de 53,95 millones, lo que genera un déficit de –21,4 millones. Es un reflejo de los problemas que el club ha tenido en los últimos años para mantener el equilibrio entre lo deportivo y lo económico.
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La plantilla está formada por 26 jugadores, 15 extranjeros, con una edad media de 29,2 años, una de las más altas de toda la liga. Este dato muestra que el club confía en jugadores experimentados, pero también implica costes salariales elevados y escasa revalorización futura.
El déficit evidencia que Sevilla vive una etapa de transición. Su modelo de fichajes, antaño ejemplar con grandes ventas de talentos, no ha dado los mismos frutos en los últimos años. Para recuperar estabilidad, necesitará volver a captar talento joven y reducir la dependencia de jugadores caros y veteranos.
Getafe

Getafe muestra una gestión sorprendentemente positiva. Con ingresos de 30,8 millones y gastos de 21,6 millones, logra un superávit de 9,2 millones. Este resultado sitúa al club en una posición de relativa comodidad.
El equipo cuenta con 24 jugadores, 10 extranjeros, y una edad media de 27,1 años. Se trata de una plantilla madura, con equilibrio entre experiencia y juventud, que permite competir sin grandes lujos.
El superávit de Getafe es significativo porque demuestra que un club modesto puede ser rentable en La Liga. El reto será mantener esta disciplina en futuras ventanas de fichajes, sin perder competitividad deportiva.
Valencia

Valencia es uno de los clubes más históricos de España, pero sus cifras actuales reflejan la pérdida de peso económico. Con ingresos de 30 millones y gastos de 28,65 millones, logra un pequeño superávit de 1,35 millones. Es positivo, pero extremadamente ajustado.
La plantilla tiene 26 jugadores, 9 extranjeros, con edad media de 25,8 años, lo que la convierte en un grupo relativamente joven. El club sigue apostando por la cantera, lo que ayuda a reducir costes.
El superávit mínimo demuestra que Valencia sobrevive con lo justo. El reto es recuperar estabilidad financiera mientras reconstruye su imagen deportiva. Para volver a competir en Europa, necesitará aumentar ingresos, algo que depende tanto de la clasificación como de mejorar la gestión.
Celta Vigo

Celta de Vigo presenta ingresos de 19,5 millones y gastos de 7 millones, con un superávit de 12,5 millones. Este resultado refleja un modelo de control muy estricto de costes.
La plantilla tiene 24 jugadores, 6 extranjeros, con edad media de 26,8 años. Esto indica que el club apuesta por un núcleo nacional, acompañado de algunos refuerzos internacionales puntuales.
El superávit de 12,5 millones es un colchón importante. No obstante, Celta necesita transformar esa solidez en estabilidad deportiva, ya que su lucha suele estar más cerca del descenso que de Europa. Si logra invertir bien, podría consolidarse en la zona media-alta.
Alaves

Alavés registra ingresos de 19,29 millones y gastos de 9,79 millones, con un superávit de 9,5 millones. Para un club de su tamaño, es una señal de buena gestión.
El equipo cuenta con 25 jugadores, 10 extranjeros, con una edad media de 26,4 años. Es una plantilla equilibrada, sin lujos, pero lo suficientemente competitiva para mantenerse en la élite.
El superávit de 9,5 millones da un pequeño margen para maniobrar en fichajes. El desafío es mantenerse en La Liga, porque un descenso reduciría drásticamente los ingresos y pondría en riesgo la viabilidad del modelo.
Valladolid

Valladolid, un club con una historia irregular en Primera y Segunda, muestra una de las gestiones más ajustadas de La Liga. Sus ingresos son de 18,6 millones de euros, mientras que los gastos ascienden a apenas 17,63 millones, lo que genera un pequeño superávit de 970.000 euros. Es una cifra mínima, pero que refleja disciplina y control financiero en un club con recursos limitados.
La plantilla cuenta con 25 jugadores, de los cuales 17 son extranjeros, con una edad media de 26,7 años. El alto número de jugadores foráneos indica que el club busca reforzarse con talento internacional barato y accesible, en lugar de depender solo de su cantera. La media de edad es equilibrada, suficiente para combinar juventud y experiencia.
El superávit de menos de un millón de euros muestra que Valladolid se mueve en un margen muy estrecho. Una mala temporada, un descenso o una inversión fallida en el mercado podrían poner en jaque sus cuentas. Sin embargo, la capacidad del club para mantenerse en positivo, incluso con ingresos modestos, es un logro que no debe subestimarse. La clave para Valladolid será crecer poco a poco en ingresos por taquilla y patrocinio, consolidarse en Primera y reducir la dependencia de ventas puntuales de jugadores. Mientras tanto, su modelo de austeridad lo mantiene a flote en una liga donde otros clubes de tamaño medio acumulan déficits mucho mayores.
Real Madrid

Real Madrid, el club más laureado de España y del mundo, presenta un panorama financiero complejo en la temporada 2024/25. Sus ingresos apenas alcanzan los 16 millones de euros, una cifra sorprendentemente baja para una institución de este tamaño. En contraste, los gastos ascienden a 49 millones de euros, lo que genera un déficit significativo de –33 millones. Esta diferencia refleja la estrategia del club: asumir pérdidas en el corto plazo confiando en que los éxitos deportivos, los patrocinios globales y la marca internacional más poderosa del fútbol compensarán con creces los números.
La plantilla está formada por 23 jugadores, de los cuales 17 son extranjeros, con una edad media de 27,2 años. Esto muestra una fuerte internacionalización del vestuario, con futbolistas de todas partes del mundo que elevan tanto el nivel deportivo como los costes salariales. El promedio de edad, cercano a la madurez futbolística, indica un equipo preparado para competir al máximo nivel, aunque con pocos jugadores con proyección de reventa a largo plazo.
El déficit de –33 millones no es, para Real Madrid, un motivo de alarma inmediata, pero sí una señal de que depende más que nunca de triunfos en la Champions League y en la Liga para asegurar ingresos adicionales. El club compensa con contratos millonarios de patrocinio, acuerdos de televisión y una maquinaria de marketing que no tiene rival en el mundo del deporte. Sin embargo, su reto es equilibrar un modelo que requiere gastar de forma continua para mantener la competitividad. Madrid sigue siendo una potencia global, pero su situación demuestra que incluso los gigantes necesitan planificar con cuidado en un entorno económico cada vez más exigente.
Mallorca

Mallorca sorprende con ingresos de 14 millones frente a gastos de 2,35 millones, lo que le deja un superávit de 11,65 millones. Esta diferencia refleja una política muy conservadora y prudente.
La plantilla está formada por 24 jugadores, 10 extranjeros, con una edad media de 28,8 años, una de las más altas de la competición. Este perfil indica experiencia, pero también mayores costes salariales.
El superávit es notable y permite pensar en refuerzos puntuales. Mallorca demuestra que se puede gestionar con disciplina en una liga tan exigente, aunque dependerá de asegurar su permanencia para mantener ingresos estables.
Athletic Club

Athletic Club es único en el mundo por su filosofía de jugar solo con futbolistas vascos. Sus ingresos son de 18 millones y los gastos de 26,75 millones, generando un déficit de –8,75 millones. Aun así, el club mantiene su identidad como principal activo.
Con 23 jugadores, 0 extranjeros, y edad media de 27,5 años, la plantilla es un símbolo cultural. Esta limitación deportiva hace difícil competir con grandes presupuestos, pero asegura fidelidad de la afición y estabilidad social.
El déficit refleja que incluso Athletic sufre en lo económico, pero su fuerte arraigo regional y la cantera de Lezama son garantías de supervivencia. Más que un club de negocios, Athletic es patrimonio cultural del fútbol español.
Osasuna

Osasuna es un club que representa la perseverancia y la identidad regional de Navarra. Sus ingresos alcanzan los 8,75 millones de euros, mientras que los gastos suman 8,05 millones, lo que deja un superávit mínimo de 700.000 euros. Aunque la cifra es pequeña, simboliza un modelo de gestión cuidadoso, en el que cada euro se gasta con prudencia. Este control es fundamental para un club que no dispone de los recursos de los gigantes, pero que ha demostrado que la sostenibilidad puede ser compatible con la competitividad.
La plantilla está formada por 22 jugadores, con solo 2 extranjeros, y una edad media de 28,4 años. La escasa presencia internacional muestra una apuesta por jugadores locales y nacionales, lo que refuerza la identidad del equipo y limita los gastos en fichajes internacionales. La edad promedio, cercana a los 30 años, refleja un grupo experimentado, capaz de competir en Primera División sin depender de grandes inversiones.
El superávit de 700.000 euros demuestra que Osasuna vive al límite, pero también dentro de sus posibilidades. El desafío es mantener la permanencia en La Liga, ya que un descenso reduciría drásticamente los ingresos y podría convertir este pequeño margen positivo en un déficit. Para el club, la clave está en combinar su solidez defensiva, el trabajo colectivo y su fiel afición en El Sadar con una estrategia financiera austera que lo mantenga a flote. Osasuna no aspira a lujos, sino a consolidarse como un club fiable, y hasta ahora lo ha conseguido.
Las Palmas

Las Palmas presenta una situación peculiar dentro de La Liga. Sus ingresos son de 7,5 millones de euros, con gastos de solo 4 millones, lo que deja un superávit de 3,5 millones. Estas cifras, aunque bajas en comparación con otros clubes, muestran un modelo extremadamente prudente y ajustado a su realidad. En lugar de lanzarse a fichajes arriesgados, el club prefiere gastar menos y asegurar un colchón financiero.
El equipo cuenta con 25 jugadores, de los cuales 9 son extranjeros, y una edad media de 27,4 años. Esta composición muestra un equilibrio entre experiencia e internacionalización moderada, sin llegar a ser un plantel costoso ni sobredimensionado. Las Palmas apuesta por jugadores que encajan en su estilo de juego y en su capacidad económica, sin salirse de su línea de prudencia.
El superávit de 3,5 millones es positivo, pero la dependencia de ingresos tan bajos es un riesgo constante. Una temporada con malos resultados deportivos podría afectar seriamente su permanencia en Primera, lo que haría aún más frágil su situación. La estrategia del club debe ser seguir afianzándose en La Liga, atraer más público al estadio y crecer en patrocinadores locales e internacionales. Por ahora, Las Palmas demuestra que se puede sobrevivir en la élite con un enfoque conservador, aunque el margen de error es mínimo.
Leganes

Leganés es uno de los clubes con menos recursos de toda La Liga, pero también uno de los que mejor aprovecha cada euro. Sus ingresos ascienden a 4 millones de euros y los gastos a 3,09 millones, lo que deja un superávit de 910.000 euros. La cifra es pequeña, pero suficiente para demostrar que el club evita los números rojos y controla estrictamente sus cuentas.
La plantilla cuenta con 24 jugadores, de los cuales 11 son extranjeros, y tiene una edad media de 27,8 años. Este perfil refleja un equipo veterano, diseñado para luchar por la permanencia, más que para aspirar a grandes objetivos europeos. La alta presencia de extranjeros muestra que el club recurre al mercado internacional en busca de oportunidades asequibles, ya que la cantera propia no puede cubrir todas las necesidades.
El superávit mínimo resalta la fragilidad del modelo: un descenso o una temporada deportiva negativa podría borrar de inmediato este margen positivo. Sin embargo, Leganés ha demostrado capacidad de resistencia, apoyándose en su afición y en fichajes modestos pero funcionales. Su prioridad es mantenerse en Primera, porque la diferencia económica entre divisiones es tan grande que cualquier tropiezo tendría consecuencias enormes. Leganés vive en un equilibrio constante, pero su disciplina lo mantiene con vida en un entorno extremadamente competitivo.
Rayo Vallecano

Rayo Vallecano es un club singular, con un fuerte arraigo en su barrio madrileño y una identidad de lucha que lo distingue. En lo financiero, sus ingresos son de 2 millones de euros y sus gastos de cero, lo que sorprende con un superávit de 2 millones. Este dato refleja una política de absoluta austeridad en fichajes, en la que el club ha decidido no gastar nada en incorporaciones y limitarse a lo que tiene.
La plantilla está compuesta por 25 jugadores, de los cuales 9 son extranjeros, con una edad media de 29,8 años, una de las más altas de toda la competición. Esta veteranía aporta experiencia y consistencia, pero también implica limitaciones en cuanto a proyección futura y capacidad de venta de jugadores. El Rayo apuesta por lo inmediato y por jugadores que conocen el oficio, aunque a costa de frescura y renovación.
El superávit de 2 millones es un logro para un club pequeño, pero también una señal de su fragilidad: no existe margen para grandes inversiones ni para asumir riesgos. El modelo se basa en la pasión de su afición en Vallecas, en la unión del vestuario y en el esfuerzo colectivo más que en recursos económicos. Rayo Vallecano es el reflejo de un club que resiste más por identidad y compromiso que por músculo financiero. Mientras siga en Primera, podrá sostener este modelo, pero siempre caminando sobre una delgada línea.
Espanyol

Espanyol cierra la lista con una situación económica y deportiva que refleja los retos de un club histórico que intenta recuperar su lugar en la élite. Con ingresos de 0 millones y gastos de 0 millones, lo más llamativo es que sus cifras oficiales muestran un equilibrio total, sin entradas ni salidas de dinero registradas en el mercado reciente. Esto puede interpretarse como una política de máxima prudencia, en la que se ha preferido no asumir riesgos económicos y trabajar únicamente con lo que ya se tiene en plantilla.
El equipo cuenta con 24 jugadores, de los cuales 4 son extranjeros, y una edad media de 28,4 años. Se trata de un plantel equilibrado en cuanto a veteranía, con jugadores experimentados capaces de aportar estabilidad. La baja cifra de extranjeros indica un modelo muy centrado en el mercado nacional, probablemente con una base de cantera fuerte y refuerzos locales que garantizan continuidad en lugar de revolución.
El hecho de no registrar ni ingresos ni gastos en fichajes es un arma de doble filo. Por un lado, muestra una gestión responsable que evita deudas y que se asegura de no comprometer el futuro financiero del club. Por otro lado, refleja la dificultad de reforzarse en un mercado competitivo, lo que puede limitar sus opciones de pelear por objetivos mayores. La falta de inversión podría ser interpretada como un riesgo deportivo, especialmente en una liga donde otros rivales sí apuestan por fichajes.
Para Espanyol, el desafío está en mantener la competitividad con un modelo de coste cero. La clave será potenciar al máximo el rendimiento de su plantilla actual, confiar en los jugadores de la casa y aprovechar la cohesión de un equipo que se conoce bien. Con un promedio de edad estable, no se trata de un grupo ni demasiado joven ni demasiado veterano, lo que puede ayudar a encontrar un equilibrio en la temporada.
La identidad del club también juega un papel fundamental. Espanyol siempre ha tenido una afición fiel que lo acompaña incluso en los momentos más difíciles, como en los descensos recientes. Este apoyo incondicional es un recurso intangible que vale tanto como los ingresos económicos, ya que asegura motivación, presión positiva y un ambiente que empuja al equipo en los partidos como local.
En el plano deportivo, Espanyol deberá luchar con disciplina para mantenerse competitivo en la máxima categoría. La ausencia de fichajes obliga al entrenador a maximizar el potencial de cada jugador, a explorar sistemas tácticos flexibles y a depender de la solidaridad dentro del campo. La plantilla no tiene grandes nombres internacionales, pero sí futbolistas comprometidos con la camiseta y con experiencia suficiente para enfrentar los retos.
En conclusión, Espanyol representa el modelo de un club histórico que busca estabilidad y sostenibilidad por encima de todo. Con 24 jugadores, solo 4 extranjeros y una edad media de 28,4 años, el club confía en su identidad y en la cohesión de su plantilla para resistir en La Liga. La gestión financiera sin ingresos ni gastos es un reflejo de prudencia, pero también un recordatorio de que el margen de maniobra es mínimo. Su éxito dependerá de su capacidad para transformar la estabilidad en resultados deportivos, manteniéndose fiel a su historia y a su afición.