Paixao, el extremo alegre que ha conquistado Marsella
Una personalidad que ilumina al equipo
Cuando Igor Paixao llegó a Francia, muchos lo asociaron al perfil clásico de los extremos brasileños, creatividad, regates, una inclinación natural por el espectáculo. Según informó L Équipe, esa imagen no es del todo inexacta, pero solo cuenta una parte. Dentro del club, se le valora sobre todo por la calidez que aporta al vestuario y por su disposición a trabajar para el colectivo.
Sus compañeros cuentan que rara vez aparece sin una sonrisa y que después de un gol suele improvisar unos pasos de baile. Esos gestos, ya casi una costumbre, reflejan lo cómodo que se siente en el campo. Los entrenadores añaden que es atento durante las sesiones, aplicado en el trabajo de vídeo y dispuesto a corregir detalles, rasgos que lo alejan del estereotipo del jugador puramente instintivo.
Un futbolista que no teme arriesgar
Paixao también comete errores técnicos y toma decisiones audaces. En el partido contra Niza el pasado viernes, algunos de sus intentos de regate terminaron en pérdidas peligrosas, según L Équipe. Él es consciente de estas fallas y trabaja para corregirlas.
Pero quienes lo ven cada día destacan igualmente la rapidez con la que intenta compensar sus errores. Corre hacia atrás, presiona sin dudar y aporta un ritmo que a menudo impulsa al equipo. Esa actitud explica mejor que nada por qué el cuerpo técnico sigue confiando en él.
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Momentos que deciden las grandes noches
Paixao ya ha dejado huella en la actual campaña europea del Marsella. El 30 de septiembre, en la contundente victoria por 4,0 sobre el Ajax de Ámsterdam, marcó los dos primeros goles de la noche, según L Équipe. La imagen de Bilal Nadir corriendo a abrazarlo tras el segundo gol mostró lo apreciado que es dentro del grupo.
Los aficionados empiezan a asociarlo con esos chispazos que cambian partidos, acciones que no solo adornan el juego, sino que lo abren. Su capacidad para generar esos momentos, incluso mientras perfecciona su toma de decisiones, es una de las razones por las que se espera que sea titular el martes contra el Newcastle en competición europea.
Una reputación construida paso a paso
Antes de llegar a Marsella, Paixao se formó en Coritiba, en Brasil, donde los entrenadores ya destacaban su humildad y su deseo de aprender. Esa reputación lo acompañó en su salto a Europa. Quienes han trabajado con él hablan de un jugador que escucha, respeta las indicaciones y rara vez rehúye el trabajo extra.
En Marsella, un club conocido por su intensidad emocional, esas cualidades lo han hecho especialmente querido. Incluso cuando la afición debate sus riesgos ofensivos, se reconoce la sinceridad con la que juega, su entrega en cada duelo y la dosis de imprevisibilidad que aporta al equipo.
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Un jugador en plena evolución
Paixao está apenas al comienzo de su carrera europea, y su juego seguirá evolucionando con la experiencia. Pero lo que ya aporta es difícil de reemplazar, una mezcla de frescura, esfuerzo honesto y momentos de auténtica calidad. En un club que ha sabido dar forma a grandes personalidades, ha encontrado su espacio sin necesidad de eclipsar a nadie.
El partido del martes contra el Newcastle podría ofrecer otra muestra de su progresión, un jugador capaz de darle a Marsella alegría y dirección cada vez que recibe el balón.
Fuentes, L Équipe
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